Ubicada al noreste de Puebla, Cuetzalan es sin duda una de las comunidades más auténticas y atractivas de todo el centro de México según
“Best Tourism Villages”. Considérala en tus planes para una escapada que incluya naturaleza, cultura indígena y muy rico café.
Aunque existen más de 130 pueblo mágicos, este sin duda es uno de los que encierran más encanto. Localizado a tres horas de la capital de Puebla, en plena Sierra Norte, se trata de una comunidad donde aún puedes percibir el vigor de la cultura náhuatl en sintonía con el entorno boscoso y la arquitectura regional.
Una iglesia como pocas
Tu recorrido por Cuetzalan puede comenzar en el parque central, donde además del habitual ir y venir de los habitantes y visitantes, verás uno de los monumentos arquitectónicos más interesantes de Puebla. Se trata de la parroquia de San Francisco de Asís, un edificio que destaca tanto por su elevada torre (tiene más de 60 metros de altura) como por su fachada, decorada con jarritos, ¡sí, pequeños recipientes de barro incrustados! Es por esto que a esta iglesia también se le conoce como la Iglesia de los Jarritos.
Después de tu visita, puedes recorrer el centro y perderte por sus calles empedradas. Notarás que todas las casas fueron construidas con encantadores tejados rojos y que muchas alojan cafeterías con productos artesanales, tiendas y restaurancitos.
Encanto dominical
Y aunque este peculiar edificio se puede visitar toda la semana, nosotros te recomendamos hacerlo en domingo, día en que el parque central se engalana con el mercado ambulante. Instalado por comerciantes y agricultores tanto del pueblo como de la serranía aledaña, este tianguis dominical ofrece la oportunidad de caminar entre aromas a café, canela, frutas y hierbas de olor, todo cultivado por las comunidades rurales e indígenas de los alrededores.
Si llegas temprano, podrás notar cómo la neblina cubre los coloridos puestos del mercado, pues el clima húmedo y templado de Cuetzalan hace propicio la aparición de bancos de niebla: un rasgo más que le añade magia al poblado.
Entre bosques y cascadas
Ya que hablamos del entorno, debes saber que los paisajes que rodean a Cuetzalan son igual de bellos e inspiradores como sus calles. Si haces un breve recorrido notarás que las montañas cercanas están cubiertas de bosques, mismos que permiten el surgimiento de muchas cascadas y riachuelos. Para comprobarlo, puedes hacer un viaje en cuatrimoto a través de la sierra hasta llegar a la cascada Cola de Caballo, cuyas pozas son aptas para darse un chapuzón.
Otra gran opción al natural son las cabalgatas a la cascada Corazón del Bosque o las experiencias de descenso en rapel por la pared de la cascada El Salto. Sin duda, cada una ofrece atractivos para todo tipo de viajero.
Pequeñas maravillas hechas a mano
Por tratarse de un pueblo mágico animado por las culturas totonaca y nahua, Cuetzalan cuenta con un rico legado artesanal. Conócelo y aprécialo en el Museo Etnográfico Calmahuistic, ubicado dentro de la Casa de la Cultura del pueblo. Aquí verás una interesante colección compuesta por vestimentas de fiestas tradicionales, fotos antiguas y hasta fósiles hallados en los alrededores.
Así, si quieres llevarte a casa un poco de ese patrimonio, visita el Corredor Artesanal, donde encontrarás talleres que tienen a la venta piezas de su producción. Encontrarás bonitos textiles bordados, elaborados cirios hechos con cera de abeja, así como cestos y canastos tejidos a mano con fibras naturales.
Si caíste rendido ante el embrujo verde de Cuetzalan, considera quedarte una noche o más y disfrutarla a paso lento. Para hacerlo, nada como las cabañas y palafitos ecológicos de Reserva Azul, una propiedad a las afueras del pueblo donde también siembran café. Si así lo solicitas, los dueños te pueden acompañar a lo largo de un tour personalizado, en el que te contarán todo lo que quieras saber sobre el cultivo de este grano, el cual ha sido premiado a nivel nacional. ¿Verdad que se antoja quedarse por varios días?