No estamos seguros cómo ni por qué se discutió esto, pero el Senado de la República aprobó que la Ciudad de México tenga una nueva mascota y es nada más y nada menos que el xoloitzcuintle. ¿Qué te parece esta idea?
Esta raza canina sin pelo, endémica de nuestro país, tiene una estrecha relación con la cultura mexicana desde tiempos prehispánicos. Es incluso patrimonio cultural. La palabra “xoloitzcuincle” viene del náhuatl “xólotl”, que significa extraño o deforme y “itzcuintli”, que significa perro.
Ahora representará a nuestra ciudad también por ser un símbolo de resistencia ante la colonización: “El xolo es un símbolo de mexicanidad y de resistencia. Es un perro prehispánico que resistió a la destrucción de la guerra de conquista colonial”, afirmó el senador Martí Batres.
Según investigadores de la Universidad Autónoma de México, esta raza tiene más de 7 mil años. Los antiguos pobladores creían que estos perros acompañaban a las almas al inframundo, por lo que los sacrificaban y enterraban junto a sus dueños.
Durante la colonización europea estuvo a punto de extinguirse hasta que fue rescatado por la Federación Canófila Mexicana y personalidades como Diego Rivera y Frida Kahlo, que los convirtieron en animales de culto.
El xoloitzcuintle tiene fama de ser un perro inteligente, fácil de educar, fiel con sus dueños y de carácter amigable.