Para los amantes de las actividades extremas, este columpio elevado es ideal y está más cerca de lo que crees.
El estado de Hidalgo ofrece muchos atractivos turísticos culturales y naturales, pero sus actividades al aire libre son ya casi legendarias. A la bici de montaña y el gotcha hay que agregarle un columpio extremo que comenzó a funcionar hace un año y en poco tiempo ha adquirido gran reputación.
Cómo llegar
A poco más de hora y media de la Ciudad de México, cerca del pueblo mágico de Huasca de Ocampo (nueve kilómetros), se encuentra Peña del Aire, un cañón con una elevación de 850 metros (2,600 metros sobre el nivel del mar) que permite contemplar un paisaje maravilloso: la unión de las huastecas potosina, veracruzana e hidalguense. Al acercarte al sitio, hay dos caminos: uno donde pasarás por varios miradores que te ayudarán a ir dimensionando la magnitud del cañón, y otro que llega directo a la cima. ¿Cuál tomar? Depende del tiempo del que dispongas, ambos valen la pena.
Aunque en Hidalgo el clima en general es templado, debido a la altura del lugar, las corrientes de aire son fuertes, por lo cual no debes olvidar llevar contigo una chamarra o sudadera, en especial si vas a permanecer en el lugar después del mediodía y en otoño o invierno, pues la temperatura desciende rápidamente. Además, como en cualquier actividad al aire libre, es recomendable llevar ropa y zapatos cómodos, gorra, lentes de sol y bloqueador.
Actividades para ponerte a prueba
Una vez que ahí, notarás un monolito que parece estar suspendido en el aire, es la formación que da nombre al lugar y es realmente espectacular. En la orilla del barranco encontrarás varios módulos de actividades, como el rapel para un descenso de 75 metros, la tirolesa de 400 metros de longitud o el llamado reto de altura, que consiste en caminar sobre un cable suspendido en dos extremos del cañón de 60 metros de largo a 120 metros de altura.
El tercer módulo corresponde al columpio extremo; aquí, al igual que en las otras actividades, se te coloca un arnés de cinco puntos para cuerpo completo y posteriormente, te asegurarán a tres líneas: las dos que corresponden al columpio a los costados y la de vida, en la parte posterior, que es con la cual te ayudan a columpiarte, manteniendo así el control de la velocidad y altura a la que te elevas para que no corras peligro.
La sensación es de pura adrenalina: estar suspendido en el aire con el barranco a tus pies y el viento en el rostro da una sensación de libertad fantástica. Aunque la experiencia dura en total un minuto, saldrás completamente satisfecho… o con ganas de experimentar más, ya sea ahí o en las otras dos atracciones.
Después de la aventura
Una vez que has sacado tu energía puedes caminar y tomar fotografías del paisaje e incluso, volar algún papalote (es el sitio ideal para hacerlo). Y si la aventura te abrió el apetito, pues comer ya sea tus propios alimentos si se te antoja hacer un picnic, o en alguno de los locales de alimentos que hay en el lugar. Quesadillas, sopes, barbacoa, tacos acompañados de cerveza o pulque, conforman el menú de casi todos los puestos, algo sencillo pero confiable y con buena sazón.
Si lo deseas, es posible acampar en el lugar para admirar el atardecer y una noche con el cielo estrellado en todo su esplendor. No hay renta de equipo, así que tienes que llevar el tuyo. El lugar cuenta con baños (muy básicos) por lo que puedes pasar la noche sin preocupaciones.