¿Te llama la atención el ritual Immersia: El Portal del Reencuentro pero no sabes qué esperar? Así lo vivimos nosotros.
Llegamos a Casa Immersia, en Lucerna 42, a la hora en punto. Nos esperaba una gran puerta de metal con acceso a un pequeño a un cuartito donde nos aplicaron el respectivo gel y nos tomaron la temperatura.
Detrás de la cortinas, un tanto entusiasmados y escépticos a la vez, comenzamos a explorar las entrañas de Immersia. Las encargadas de recibirnos fueron las “hadas”, quienes nos leyeron las cartas y trataron de adivinar nuestra esencia, y así iniciamos la aventura.
Nos fuimos adentrando en los pasadizos y la decoración fue la encargada de terminar de sumergirnos en la experiencia: atravesamos un piano con flores de cempasúchil, paredes con instalaciones luminosas, animales esotéricos…
Hasta dar con el guardián del portal, un personaje lleno de personalidad y teatralidad, quien recibe a los invitados. Mientras se reunía la gente, aprovechamos para acercarnos también al numerólogo en búsqueda de algunas respuestas y para beber una deliciosa kombucha.
Comenzar a dejarte ir
En cuanto estuvimos todos pasamos en grupos a la cápsula ceremonial. Ya enganchados al cien por ciento en el mood, pasamos a un cuarto con todavía más estímulos: luces rojas, pantallas, lianas, para prepararnos para el ritual.
Dejamos nuestros zapatos y atravesamos una cortina hasta un gran salón donde está toda la instalación artística: paredes decoradas, luces colgando del techo… un ambiente único que te inspira a querer saber más. Al centro, una cúpula con un escenario y alrededor, el suelo repleto de alfombras y cojines.
En lo que elegimos nuestro spot nos dejamos cautivar por instrumentos desconocidos. Ya sentados, comenzamos a relajarnos en espera del resto de los asistentes. Una vez listos y completos, la guía nos pidió que nos tapáramos los ojos con una venda que estaba sobre nuestro cojín.
En ese momento apareció Zohar, la ritualista elegida para llevar a cabo la meditación. Acompañamos la reflexión con traguitos de cacao y cuando menos lo esperábamos, ya estábamos dentro de un viaje de autodescubrimiento que involucra todos le elementos y sentidos.
Una experiencia para todos los sentidos
Si te hablan de aire, sientes el aire. Si te hablan del agua, sientes la brisa. Aún con los ojos tapados, gracias a esta conversación interior, sin ni siquiera notarlo, comienzas a dejarte ir: a despabilarte, a pararte a gritar, a saltar, a llorar.
Después de esta catarsis regresamos al suelo ahora para acostarnos. Para entonces ya habíamos entrado a una especie de trance. La relajación absoluta invadió nuestro cuerpo y entonces, muy a nuestro pesar, llegó el momento de despertar, aunque lo que vendría valía la pena.
Nos quitamos las vendas para observar acostados el show de luces en el techo con música en vivo a cargo de un curador sonoro. Después nos sentamos para disfrutar de este miniconcierto de Luis Cardoso, cuyas notas generan altas frecuencias que sin duda lograron sicronizarse con todo lo que estábamos sintiendo.
Para rematar la noche, todavía descalzos, pasamos a los distintos salones para terminar de gozar de esta aventura sensorial con una cerveza de cempasúchil en mano. Disfrutamos de los altares, de las instalaciones artísticas y nos despedimos de esta experiencia de la que no sabíamos qué esperar y recibimos tanto.
Cómo asistir al ritual
Immersia: El Portal del Reencuentro estará hasta el 28 de noviembre con distintos horarios en Casa Immersia, ubicada en Lucerna 42, en la Colonia Juárez.
La experiencia tiene una duración de dos horas y media y la sesión del viernes 12 de noviembre a las 21:30 será en inglés.