Para todos aquellos que se declaran fieles seguidores de los pancakes esponjosos, muy al estilo japonés, llegó una nueva propuesta que hará que no te resistas a seguir comiendo.
Happy Pancakes es una dark kitchen que hace los hot cakes más esponjosos del condado. Los hay de distintos sabores como vainilla, chocolate, matcha, red velvet, avena o vainilla vegana. Y se preparan con salsas de vainilla con miel, caramelo, capuchino, lechera y hasta nutella. Por si fuera poco, además puedes agregar toppings tipo Lucky Charm’s, chispas de colores, mazapán, Kit Kat y muchos otros más.
Pero quizá lo mejor de todo sea que puedes idear lo que tu antojo te pide y acomodar los sabores, salsas y sabores justo como tú quieras, más un betún que no empalaga y fruta fresca para acompañar. ¡¿Acaso hay algo mejor?!
Un proyecto que nació en la pandemia
La idea surgió —cuenta su chef Christian Donjuan— desde que por la pandemia tuvieron que cerrar el lugar donde trabajaba anteriormente y las dark kitchen comenzaron a ser algo realmente novedoso en el contexto del encierro. Entonces, él y su amiga Naomi se preguntaron cómo hacer algo para revertir la crisis, que llame la atención y que a la gente le guste. La solución fue sencilla: pancakes personalizados, divertidos y que constituyan una sorpresa para quien los prueba.
Y es que si los pides van a llegar en una cajita (como las cajitas felices), con una estampa al costado en la que encontrarás las instrucciones para servirte tus pancakes: 1. Sacarlos de la caja y colocarlos en un plato, 2. Calentarlos en el microondas por un minuto, 3. Vertir la salsa que elegiste sobre ellos y 4. Quitar, por fin, el papel que los envuelve. De esta manera se convierten, también, en un espectáculo que muchas personas juraban era inalcanzable o que solo sucedía en restaurantes muy, muy especializados.
Pareciera que es un lugar con muchísimos años de experiencia, pero para nuestra sorpresa llevan tan solo un mes recibiendo pedidos, generalmente por la mañana, para desayunar, pero también por la noche, como un postre para cerrar el día.
Con miras al futuro
Así, todos los días Christian trabaja desde su departamento en el Centro Histórico. Desde ahí después de tomar pedidos, prepararlos y empaquetarlos, también hace las entregas. Aún no están en ninguna plataforma de delivery pero, poco a poco, con más capital y experiencia, quizá puedan entrar a una que les permita crecer un poco más.
A pesar de que no se alejan de los sabores convencionales (cosa que les ha funcionado bastante bien), han experimentado con paquetes especiales en días festivos como, por ejemplo, el 14 de febrero; con tan solo llevar una semana funcionando, lograron que seguidores, clientes, glotones y curiosos se interesaran por el paquete de ocasión: pancakes de red velvet con fresas, salsa untable de Nutella, acompañado de un coctel con ginebra, campari y frutos rojos, una rosa y una carta personalizada. ¡Quién le puede decir que no a esto!
Apenas van comenzando y su chef cree que en el futuro pueden llegar a tener un establecimiento que, además, le permita seguir ampliando su menú: más sabores y más toppings. Nosotros estamos ansiosos porque así sea.