Lo que empezó como un proyecto de coleccionismo privado por parte del artista contemporáneo y escultor Pedro Reyes ahora se convirtió en una de las bibliotecas públicas más interesantes de la ciudad. Alberga ejemplares raros y de difícil acceso… incluso hasta de culto.
La idea de crear comunidad a partir de los libros surge como una crítica hacia las bibliotecas —públicas y privadas— de la ciudad por parte del artista mexicano, pues según él estas suelen concentrarse más en la preservación de los ejemplares y no tanto en la circulación. Quien tiene acceso a la información debe facilitarla a la demás.
Cómo rentar libros y objetos
El sistema de préstamos de Tlacuilo —así se llama el proyecto— se basa totalmente en la confianza de los usuarios. Para solicitar un libro u objeto (pues también hay vinilos, DVD, VHS y más) no hace falta más que consultar el catálogo a través de Instagram o Library Thing y pedirlo por mensaje directo.
Lo siguiente es coordinar la recolección y luego la devolución. Esto puede ser en la misma biblioteca, ubicada en el barrio de Coyoacán, o a través de alguna paquetería. Si tienes tiempo, vale la pena hacerlo de forma presencial porque, además de todo, el lugar es muy hermoso.
Por supuesto, si hay algún inconveniente con el material, como pérdidas o daños, el usuario se tiene que hacer cargo.
Por cuestiones de preservación, algunos manuscritos originales ya muy viejos o delicados se han convertido en cartoneras: es decir, fotocopias con portadas de cartón. Esto con el fin de que puedan seguir circulando sin que las obras originales, que son ya una reliquia, sufran daños.
Nos encanta este concepto de biblioteca de barrio. Por más lugares de libre acceso a la información.