Si estás pensando en retomar las cascaritas de fin de semana, tal vez te gustaría probar suerte en una tradición milenaria rescatada en un predio de 12 mil metros cuadrados, a la salida del metro El Rosario, en Azcapotzalco.
Lo que durante décadas fue un tiradero de basura y cascajo se convirtió en el Faro Poniente Xochikalli, un centro cultural creado con la intención de recuperar el conocimiento profundo de las raíces de nuestro país. Entre ellas, el legendario juego de pelota.
En Azcapotzalco, que en la época prehispánica fue un territorio poderoso antes de ser dominado por el imperio azteca, se ha hecho una gran labor de rescate de la cultura y tradiciones de México, por ello recibieron con mucho entusiasmo la primera cancha de juego de pelota en más de 500 años.
El que fuera el deporte por excelencia de los mayas y aztecas —se han encontrado más de 700 canchas en todo el continente americano— se practicaba con fines ceremoniales, en rituales de fertilidad o ceremonias guerreras. Y aunque, por fortuna, en la actualidad el juego ya no termina con un sacrificio humano, sigue implicando un gran esfuerzo físico.
Las reglas del juego
Conocido como Ulama (su nombre en náhuatl), el juego consiste en golpear con la cadera un balón de caucho natural de aproximadamente 20 centímetros de diámetro y casi cuatro kilogramos de peso, que se debe ensartar en un aro de piedra ubicado a seis metros de altura del suelo.
Regularmente se enfrentan dos equipos de dos a siete jugadores, quienes deben tener la condición y fuerza necesarias para golpear la pelota con las caderas, codos y rodillas del lado derecho del cuerpo.
Aunque en otras regiones del país ya se había retomado la práctica del juego de pelota, en la cancha del Faro Poniente Xochikalli no sólo se extendió a una nueva generación, sino también a mujeres y niños, quienes se han hecho un lugar en un deporte que antes era solo para el género masculino.
Más allá de la pelota
Los interesados en aprender del Juego de Pelota conocerán además sobre medicina tradicional, plantas autóctonas, cocina de inspiración prehispánica y cosmogonía ancestral, como parte del Taller multidisciplinario de Raíces ancestrales que se imparte en el centro cultural.
Debido a la contingencia sanitaria aún están trabajando en modo virtual, pero los talleres se abren periódicamente y puedes estar al pendiente e inscribirte por medio de las redes sociales o la página del Faro Xochikalli.
Incluso si decides que el juego de pelota no es lo tuyo, no dudes en ir a conocer esta original cancha y ver la tradición milenaria en práctica. Además, en el Faro Poniente podrás encontrar otros puntos de interés, como el Museo-Centro de Pueblos Originarios, el Museo de Tecnologías Sustentables y el Centro Ambiental Tezozómoc, con ajolotario y chinampas.
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Faro Poniente Xochikalli. Avenida Cultura Norte s/n, entre Cananea y, Av. de las Culturas, Alcaldía Azcapotzalco. (frente al metro El Rosario).
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