Hacer comida italiana auténtica y novedosa no es sencillo, sin embargo, el chef Marco Carboni ha logrado crear un menú auténtico y sin pretensiones para el deleite del sur de la ciudad.
Nera es más que un restaurante: desde el momento que uno entra, se puede vivir una experiencia sensorial completa. Ubicado dentro de Cráter Pedregal, al sur de CDMX, los muros de piedra volcánica y mobiliario de madera te dan la bienvenida creando un ambiente íntimo que sirve de escenario para el espectáculo gastronómico que está por desplegarse ante tus ojos.
Destaca la atención al detalle tanto en el servicio como en el lugar y por supuesto, en la comida, elementos característicos de la cocina de Carboni, quien ha optado por un menú más bien sencillo, pero no por ello menos sobresaliente.
Las entradas son tan variadas que es necesario ordenar varias al centro para compartir, y de hecho, lo ideal sería que todo lo pidas de este modo para tener más opciones a disfrutar. El tonato de filete de res, por ejemplo, es supremo y su salsa de atún es rica tanto en consistencia como en sabor y combina perfectamente las aceitunas con almendras marinadas o el crudo de kampachi. También puedes optar por alguna de sus ensaladas, como la de pulpo a las brasas o la de betabeles y zanahorias ahumadas, con jocoque y avellanas.
Al momento de elegir el segundo tiempo, te toparás con los clásicos italianos: risottos, pastas y pizzas, todos preparados de manera artesanal (la pasta es hecha en casa y la masa de las pizzas lleva masa madre) tal y como uno espera en una cocina liderada por un nativo italiano que ha trabajado con los más grandes chefs del mundo. La experiencia que ha adquirido a lo largo de años de trabajar en restaurantes de Italia, Estados Unidos, España e Inglaterra destaca cuando uno prueba el risotto a los cuatro quesos y puede distinguirlos sin que ninguno opaque a los otros tres.
Un giro contemporáneo
Las pastas tienen ese color amarillo que indica que rebosa en proteína y se complementan con salsas que equilibran los sabores a la perfección, como la de ragú de pato. Las pizzas están hechas al horno de leña, por lo que tiene un toque ahumado rústico que también les da el sabor y la textura ideales. Las especialidades son el alma del menú. No es casualidad el nombre del restaurante: nera significa “negro” en italiano y además de ser el nombre de la bisabuela de Carboni, es justo la inspiración de todo el concepto, no solo en la decoración, sino en la comida, una cocina en torno al fuego, al carbón. Elementos siempre presentes en la cocina rústica italiana y que Carboni retoma dándoles un giro contemporáneo, ya sea con un tentáculo de pulpo al carbón, el huachinango a las brasas o una deliciosa coliflor rostizada con una capa de chiles en salsa de parmigiano.
Para terminar la experiencia, es conveniente dejar espacio a los postres, que igualmente recomendamos pedir al centro para compartir, como la tabla de quesos con compotas caseras. Además de clásicos italianos como la panacotta y el tiramisú en frasco, hay sorbetes, un crujiente de vainilla y nuestro favorito, el brownie de chocolate y almendras cuyo sabor se complementa con el helado de caramelo salado.
En lo que a bebidas se refiere, además de una cuidadosa selección de vinos nacionales y extranjeros cuentan con una arra de coctelería fuera de serie, todos planeados para maridar a la perfección con los platillos. ¿Ya estás listo para conocer tu próximo nuevo favorito en el sur de la ciudad?
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Cráter 823, Pedregal / 13:30 a 23:00 horas / nerarestaurante.com