Pasear en trajinera es lo primero que viene a la mente cuando hablamos de Xochimilco, y seguramente la razón principal para visitarlo. Aunque un recorrido por los canales de este pequeño oasis en la ciudad sigue siendo un gran plan, Xochimilco es mucho más que eso, y aquí te sugerimos algunos planes alternativos para disfrutarlo:
1. Hacer apiturismo en Abejas de Barrio
¿Qué tal aprovechar el viaje en trajinera para conocer la labor de los apicultores locales? El proyecto Abejas de Barrio te lleva de inicio a fin a descubrir cómo se produce la miel, desde que la abeja pecorea la trabaja hasta que la miel está envasada y servida. El viaje inicia en el Embarcadero de Puente de Urrutia hacia el apiario. Durante el recorrido te dan una plática sobre la cultura local y al llegar, debes colocarte el equipo de protección para entrar y ver las abejas en pleno proceso. Después te ofrecen una cata de mieles de distintas regiones del país, además de otros productos de la colmena. El cupo es limitado a 10 personas por trajinera y los horarios pueden variar, pero vale la pena dedicarle una mañana completa a esta singular experiencia.
2. Visitar los huertos urbanos
Los xochimilcas fueron la primera tribu que se asentó en este valle y utilizaban la técnica de las chinampas para el cultivo de flores y hortalizas. Sorprendentemente, aún se siembra con técnicas casi prehispánicas que funcionan a la perfección y que han logrado mantener viva la tradición agrícola de la zona. Conocer este proceso es razón suficiente para darse una vuelta, y la gran variedad de plantas y flores que encontrarás harán que la visita valga la pena. Un proyecto que vale la pena tener en la mira es Robotánica, quienes siembran verduras agroecológicas y también crean experiencias a bordo de chinampas. Ahí aprenderás sobre el proceso de cultivo y te llevarás a casa verduras, además de disfrutar un lunch preparado con su cosecha.
3. Estar al pendiente de las ferias
Los xochimilquenses son celosos de sus tradiciones y las celebran con orgullo. Muestra de ello es la Feria de la Alegría y el Olivo, que cada año en el mes de febrero ofrece productos derivados del amaranto, desde dulces hasta platillos como chiles rellenos o pizza. La celebración del Niñopá es otra de las tradiciones más antiguas: cada 2 de febrero los pobladores se reúnen para celebrar la imagen del niño Jesús, y las calles se llenan de color, música y baile. Otros festejos notables son la Feria del Maíz y la Tortilla, entre mayo y junio, la Feria de la Barbacoa en mayo, o la Feria del Dulce Cristalizado y la Semana de la Degustación de Miel, en julio, además de la Expo Nochebuena, en noviembre y diciembre.
4. Hacer un tour gastronómico
Los platillos tradicionales de la zona bien valen una visita, en especial porque muchos de ellos se siguen preparando con ingredientes que se cosechan a orillas de los canales. La mejor comida la puedes encontrar en los mercados, donde es indispensable probar las quesadillas, tlacoyos y sopes. Si eres de gustos dulces, tienes que conocer el chileatole, los flanes de leche recién ordeñada y las gorditas de elote. Y no te puedes ir sin probar el plato más típico: el tlapique, una especie de tamal sin masa que se prepara en hojas de maíz, donde se coloca una cama de hierbas, verduras, nopales y chile seco. Sobre esto se pone la carne (pescaditos o meztlapiques, o bien pescado en trozo o menudencias de pollo). Después se coloca encima del comal y se le va dando vueltas con cuidado, ofreciendo como resultado un platillo con mucho sabor, historia y tradición.
5. Visitar un ajolotario
Si no quieres dejar pasar la oportunidad de subirte a una trajinera, conviene saber que existen distintos tipos de paseos, y una gran recomendación es hacerlo con una cooperativa local que pueda llevarte a las mejores rutas y lugares, como los ajolotarios. Debido a que los ajolotes figuran como especie endémica en peligro crítico de extinción, diversas organizaciones realizan esfuerzos de rescate y conservación en la zona de los canales de Xochimilco. Así que vale la pena contratar un paseo por el Área Natural Protegida o la Ruta Ecológica, donde además de disfrutar de la tranquilidad del paisaje y observar aves nativas y migratorias, podrás conocer mejor a estos emblemáticos seres.