Todo mundo lo sabe: si te sale el muñequito en la rosca de Día de Reyes te toca patrocinar la tamaliza, claro que sí. El hecho de reunirnos a inicios de febrero para echarnos un tamalito con los seres queridos es toda una tradición, pero ¿te has preguntado de dónde viene? Te contamos por qué comemos tamales el 2 de febrero.
Como bien sabes el 2 de febrero se celebra el Día de la Candelaria. De acuerdo con UNAM Global, en esta fecha se conmemora la «presentación del Niño Jesús en el templo, y el acto de purificación de la Virgen María después del parto, a 40 días de la Navidad». Es una fecha importante dentro de la religión católica. Incluso se viste de diferentes maneras a la figura del Niño Dios y se le lleva a la iglesia.
Seguramente dirás, ¿y eso qué tiene que ver con los tamales? Bueno, al igual que otras tradiciones, esta consiste en una combinación de la cultura mesoamericana y europea. Así es: nuestro pasado prehispánico tiene mucho que ver en este asunto.
El académico Roberto Álvarez Manzo explicó a UNAM Global que antiguamente, en esta época del año, se hacían ofrendas con maíz para pedirle a los dioses que mandaran lluvias, pues la temporada era muy seca. Durante la conquista los españoles notaron que esta y la celebración católica ocurrían en días similares y lo usaron para el proceso de catequización.
Es así que el origen de la tradición de comer tamales el 2 de febrero viene relacionada con dichas ofrendas y actividades prehispánicas.
Con el paso de los años esta tradición se transformó grandemente. Más que dar ofrendas, comemos tamales (alimento hecho con maíz) y aprovechamos para reunirnos y convivir con nuestros seres queridos el Día de la Candelaria. En esta fecha culminan oficialmente las fiestas navideñas. Y posteriormente viene Semana Santa.