¿Te imaginas pasar una tarde entre amigos bebiendo vino blanco mientras aprendes floristería? La experiencia ya existe y la puedes vivir en Romenta.
Ubicada en la esquina de Puebla y Acapulco, en la colonia Roma Norte, Romenta es una concept store cuya principal promesa es que en una sola parada puedas comprar una botella de vino, adquirir un arreglo de flores muy exclusivo y escoger un postre rico para convertir una cena normal en una noche especial. La culpable de reunir todo ello bajo un mismo techo es Paula Páramo, creadora de Romenta, quien es especialista en crear atmósferas y momentos memorables con pocos detalles porque durante años se dedicó a la organización de eventos.
Como experta en diseño de arreglos con flores exóticas y deshidratadas, Paula es también la encargada de dirigir las experiencias de floristería que ocurren en la mesa central del salón de Romenta. Allí, entre alcatraces, plumeros de la pampa, aves del paraíso y bromelias, podrás aprender a realizar un arreglo floral con pocas herramientas y empleando habilidades básicas, todo con la intención de que inyectes de vida y belleza tu casa con un toque floral muy de vanguardia.
Para seleccionar las flores de su catálogo de experiencias, Paula elige aquellas que sean fáciles de cuidar, de larga durabilidad y que luzcan bien en cada casa. También pone especial énfasis en la sustentabilidad y la reducción de la merma, y un ejemplo de ello es que casi todas las flores de esta temporada provienen de las cercanías de la Ciudad de México porque, como ella misma aclara, no hay nada peor para una flor chiapaneca que traerla a vivir a los veranos lluviosos y fríos de la capital. Así, todo aquello que no se utiliza o vende fresco se deshidrata de forma especial para que ahora goce de inusual belleza.
Del florero a la copa
Y aunque contar con un espacio para convivir en torno a las flores ya es una idea original, donde Romenta vuelve a saltar las definiciones es en la posibilidad que ofrece de tomarte una copa de vino mientras aprendes a cortar los tallos a la altura correcta, a ponerle unas gotas de cloro al jarrón para que sus ocupantes con pétalos duren más.
Aquí te vas a encontrar una muy interesante selección de vinos blancos, rosados y espumosos, pues su intención es también desempolvar la idea de que son estilos de vino “menores”. Además, a decir de Paula, la Roma no necesita otro espacio para degustar vinos tintos y en eso estamos completamente de acuerdo con ella.
Acomodadas sobre un bonito anaquel de madera natural verás etiquetas de Australia, España, Sudáfrica y México, entre las cuales destacan las de la bodega Norte 32, de Valle de Guadalupe. Si no sabes cuál elegir durante tu visita, la mejor idea será pedir una copa del vino que elaboran de forma exclusiva para Romenta, también embotellado por Norte 32.
Si más allá de probar una copa o dos buscas un experiencia de mayor inmersión con el vino, apúntate a las catas para solteros que Romenta organiza cada semana, en las que une lo mejor de las plantas que dan uva con las que dan flor.
Un servicio muy personalizado
Tanto los vinos como las flores son elegidos personalmente por Paula para que reflejen su gusto y el de sus clientes; en el caso de los vinos, ella se encarga de elegir etiquetas raras y exclusivas, que tengan una historia que contar. Esa curaduría cercana, muy personal también, se nota en la presencia de otras marcas premium y artesanales en Romenta, como las galletas Stuffed Cookies (las hay de caramelo con sal, pretzel o conejito de chocolate, por antojarte unas cuantas) o los tés de Tianté, única marca mexicana con plantaciones en Sri Lanka.
De modo que no habrá lluvia o tormenta lo suficientemente helada que impida disfrutar una tarde en Romenta, al contrario: este es el único espacio en la Roma donde puedes organizar una tarde nublada entre amigos o un plan de ligue muy original que combine el aroma de las flores frescas, el sabor del vino, la textura del pan y la calidez de un té.
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Puebla 385, Roma Norte
Lunes a viernes de 10:00 a 19:00; sábados y domingos de 10:00 a 16:00