Tal vez lo has visto en redes sociales o quizá lo reconozcas como escenario de algún videoclip de Zoé. Sin embargo, a pesar de su apariencia salida de cuento, el Laberinto del Ajusco es real y se encuentra en la CDMX. Te contamos cuál es su historia y cómo puedes visitarlo.
¿Qué tienen en común los aficionados a la mitología, a Alicia en el País de las Maravillas, a Harry Potter y a las obras de Jorge Luis Borges? No solamente su gusto por la lectura, sino que seguramente también les encantan los laberintos.
Estas construcciones se han hecho muy populares en el cine y la literatura gracias a su apariencia intrincada, particularmente aquellas que forman parte de grandes y opulentos jardines. Afortunadamente, ya no necesitas viajar a Versalles o recetarte otro maratón del mago Potter para sentir que te adentras en un laberinto: al sur de la CDMX, en la carretera Picacho-Ajusco, te espera el Laberinto Ajusco, un inusual sitio que combina la magia de la campiña inglesa con la opulencia de los castillos del siglo XVI.
Para perderse entre los rincones
Construido a partir de 1999, el Laberinto Ajusco en realidad es obra del historiador de arte Ignacio Figueroa, quien ha convertido su hogar en un espacio de recreación al aire libre. El laberinto es una réplica casi exacta del que encontrarás en el castillo de Hever, antigua residencia de la reina Ana Bolena de Inglaterra, con la diferencia de que la versión mexicana es un poco más pequeña que la británica. Aun así, el trazo es exactamente el mismo.
Entrar o salir del Laberinto Ajusco no te tomará más de 20 minutos, aunque la recomendación es que lo recorras con calma y disfrutes todos sus rincones, ¡no hay ninguna prisa por romper su hechizo!
Casa de ensueño
Aunque el laberinto es el principal motivo por el que mucha gente acude a las faldas del Ajusco, la casona frente del jardín es también espectacular. Fue diseñada para parecerse a las mansiones inglesas de la época Tudor, un buen motivo para sumar a los seguidores de la serie del mismo nombre como próximos visitantes.
Por fuera, la construcción encanta por sus acabados con ladrillo, teja y entramado de madera expuesto (el cual le da ese toque de casa de Hansel y Gretel), mientras que por dentro fue decorada con muebles y antigüedades elegidas por Figueroa. Si lo solicitas previamente, puedes explorar algunos rincones de la casa.
Experimenta el Laberinto Ajusco
A pesar de ser una propiedad privada, el Laberinto Ajusco está abierto al público. Desde el año pasado, los encargados del sitio han comenzado a preparar experiencias románticas al interior del laberinto, con vino y pétalos de rosa incluidos. Además, en diciembre adornaron la casa para parecerse al taller de Santa Claus.
Sin importar la época del año, puedes venir simplemente a disfrutar del aire fresco, realizar un picnic en los alrededores del laberinto y perderte entre los setos. El Laberinto abre de lunes a domingo de 8:00 a 20:00 hrs.
Carretera Picacho Ajusco Km.14.5, Tlalpan
Foto de portada de @pattycuvastv