Después de una lluvia intensa que duró varias horas, gran parte del entonces Distrito Federal se mantuvo bajo el agua varios días. Los habitantes tenían que transportarse en lanchas y balsas, así como en estructuras improvisadas de madera. Así fue la inundación de 1951.
No es secreto para nadie que la Ciudad de México está construida sobre una zona lacustre, por lo que cada temporada de lluvias solemos sufrir de encharcamientos e inundaciones. En el pasado hemos enfrentado situaciones históricas de las que nos ha costado tiempo recuperarnos.
El 16 de julio de 1951 ocurrió la última gran inundación de la Ciudad de México. Llovió durante horas y varios ríos de desbordaron. De acuerdo con información del Centro Nacional de Prevención de Desastres, la ciudad tardó en recuperarse totalmente cerca de tres meses.
Los habitantes implementaron algunas formas para transportarse, incluyendo balsas y tablas de madera para cruzar ciertas calles. Tras aquella situación se entubaron ríos y se construyeron cárcamos a fin de facilitar la salida del agua.
¿La inundación de 1951 ha sido la peor de la historia de CDMX? La respuesta es no. Una de las inundaciones más grandes que ha tenido el territorio chilango fue en septiembre de 1629. Según datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llovió de manera continua durante varios días.
Miles de personas murieron y la inundación permaneció cinco años, hasta 1634 que el nivel del agua por fin comenzó a bajar.
Se dice que el agua alcanzó los dos metros de altura y que en la esquina de Madero y Motolinia, en el Centro Histórico, se puede ver una cabeza de león que marca la altura del agua en aquella inundación.
Aunque a la fecha ya no sufrimos de inundaciones tan grandes como hace unos años, este sigue siendo un problema constante en la ciudad (especialmente por la zona donde está construida).