Si adoras el diseño y la buena comida, y buscas un lugar donde tus dos amores puedan convivir, felicidades, el restaurante Niich es el spot para ti.
Hubo un tiempo en el que comer rico era lo único que importaba en un restaurante. Después, surgió un movimiento que privilegiaba la apariencia del platillo por encima de su sabor. Ahora, hemos llegado a una “tercera fase” en el mundo en la cual el comensal espera que tanto el lugar como sus platillos luzcan estupendos sin perder de vista la experiencia gustativa.
Esta es la tónica bajo la cual opera el nuevo Niich, restaurante a cargo del chef Saúl Carranza que abrió sus puertas hace poco más de un mes. Instalado en la tranquila y estrecha calle de Chicontepec, a espaldas de la Universidad La Salle, este espacio se encuentra fuera del cada vez más atestado núcleo “gourmet” de la Condesa. De modo que no encontrarás mesas sobre la banqueta ni multitudes paseando a sus perros al lado de tu comida.
Lo que aquí reina es la calma, propiciada por una decoración interior que impacta desde que ingresas. Verás altos techos de piedra, piezas de pop-art creadas por el pintor mexicano Javier Andrés, así como un juego cromático en el que dominan el gris, el blanco, el negro y el anaranjado.
Al pasar al comedor principal te toparás con una elevada pared en cuyos nichos (juego de palabras con el nombre del restaurante, que significa “bocado” en maya) se exhiben más piezas de arte mexicano, entre las que destaca un corazón de barro que busca representar la esencia del restaurante. Así, hacia donde mires encontrarás una consecución de líneas suaves, curvas, colores cálidos y formas geométricas: un restaurante para llenar tu Instagram con imágenes de interiorismo en tendencia.
Mexicano de vanguardia
En el rubro comestible, Niich presenta una propuesta mexicana con clara inclinación hacia Oaxaca, todo a través de técnicas contemporáneas e ingredientes de temporada. Para comprobarlo, pide como entrante sus zanahorias rostizadas con salsa de yogurt, hierbas y avellanas tostadas. Un plato tan bonito como sorprendente pues en él encontrarás notas dulces, ácidas, saladas y amargas gracias a la combinación de elementos. También es sobresaliente su hummus de alubias con berenjena tatemada y salsa macha, que viene acompañado con un suave pan árabe a las brasas. Picosito, terso y llenador.
Otro platillo de foto y degustación forzosas es el bok choy (especie de col asiática) rostizado con poro frito y elote tatemado, el cual demuestra que los vegetales pueden ser carnosos, profundos e interesantes cuando se les cocina con técnica y originalidad. Servido sobre salpicaduras de puré de betabel, de magenta intenso, el emplatado es digno de enmarcarse y colgarse en la pared de una galería.
¿Qué hay para los carnívoros en Niich?
Sí, sabemos que te hemos recomendado preparaciones vegetarianas, pero no desesperes: al pasar a los fuertes hacen arribo los platillos con proteínas animales. Como su lechón servido con mole manchamanteles de hormiga chicatana y bok choy, que llega servido en trozo pero que puedes desmenuzar para hacerte un taquito perfecto con sus tortillas hechas a mano.
Si traes ganas de un clásico con un twist, pide sus tagliatelle caseros y cubiertos con ragú de cola de res y trufa negra; suaves y cocinados a la perfección, parecen haber salido de la cocina de una abuelita italiana.
Y en cuanto a los postres, te va a encantar la tarta de ruibarbo con cerezas, acompañada de un helado de hoja de aguacate. Otro guiño a la gastronomía de Oaxaca.
Ololo: para precopear y copear
Si vienes a Niich a cenar, no puedes perderte la sorpresa que aguarda al final de las escaleras del salón principal, justo por encima de la cocina. Nos referimos a Ololo, bar speakeasy que ha encapsulado todos los matices del color naranja para envolverte de una atmósfera acogedora y moderna.
Sus líneas curvas, texturas en mate y muebles de terciopelo te harán recordar la estética futurista de los años cincuenta, mientras que su coctelería de autor te demostrará que la mixología es el arte culinario con mayor proyección. ¿Quieres una muestra? Solicita en barra Pa’ap, una preparación con tequila blanco, cerveza de jengibre, licor de cassis y jarabe de chiles. Fresco, herbal y muy mexicano, te va a saber mejor cuando lo acompañes con las notas de los dj’s invitados que se apropian del lugar al caer el sol.
Niich / Chicontepec 57, Condesa