Un pequeño portón blanco con letras azules señala el lugar. Es un sitio discreto, tanto que no te imaginas que al cruzar la puerta te encontrarás con una capilla del silo XVIII y las emblemáticas aguas termales de CDMX, las cuales guardan una gran historia.
Estas aguas termales son famosas debido a que —se dice— son medicinales. Lo cierto es que fueron un punto de encuentro para infinidad de personajes históricos, incluyendo a Moctezuma, Carlota y Maximiliano. Aún en la actualidad son visitadas por cientos de personas que buscan relajarse y recuperar energía. ¿Ya las conocías?
Aguas termales en CDMX: el secreto del Peñón de los Baños
Aunque no lo parezca, el Peñón de los Baños solía ser un islote perteneciente al Lago de Texcoco. Desde la época prehispánica era considerado punto de recreo debido a sus aguas termales. De hecho era visitado por Cuitláhuac y Moctezuma, así como por otros gobernantes.
Aún después de la conquista el lugar mantuvo su reputación y llegó a ser visitado regularmente por Maximiliano y Carlota. De hecho en el sitio aún se puede observar un espejo que era de la ex emperatriz.
Se dice que Porfirio Díaz modificó el lugar colocando enormes vitrales, pero de esa fachada ya no queda nada. Estuvo abandonado un tiempo y después fue rescatado. Actualmente las aguas termales son visitadas regularmente por cientos de personas debido a sus propiedades.
El encargado del lugar nos platicó que el agua tiene 125 minerales incluyendo magnesio, calcio, sodio, potasio, sulfatos y manganeso. Al sumergirte en ellas tu cuerpo absorberá los minerales que necesita. Eso sí: no debes quedarte mucho tiempo adentro.
La experiencia en las aguas medicinales del Peñón de los Baños
Una vez que pagas tu boleto de entrada te darán la bienvenida a un cuarto en el que encontrarás una pequeña alberca y una cama. No es necesario que lleves toalla, ni jabón; lo que sí se recomienda que ya vayas bañado. Realmente aquí no vas a darte una ducha, sino a sumergirte en aguas con muchas propiedades.
Al abrir la llave saldrá automáticamente agua caliente y el cuarto comenzará a llenarse de vapor. Durante nuestra visita nos explicaron que el agua tiene una temperatura de 46 grados, por lo que no debes quedarte más de 20 minutos adentro.
Sin embargo, la experiencia no termina ahí. Después de que sales del agua te encontrarás con un diván y dos mantas. Debes meterte entre ellas y quedarte recostado entre 20 y 30 minutos.
Si así lo deseas, al finalizar la experiencia puedes solicitar que te den un masaje, el cual tiene costo extra. Saldrás no solo más relajado, sino que tu cuerpo se olvidará del desgaste diario. El costo de la sesión es de $265 y puedes acudir en un horario de 7:00 a 19:30 horas. No es necesario hacer cita.
Durante tu visita no dejes de darte una vuelta por el lugar. Te encontrarás una capilla del siglo XVIII, así como un pequeño jardín. También verás el espejo que perteneció a Carlota y algunos vestigios prehispánicos que fueron recuperados de la zona.
Pese a la acelerada urbanización en la CDMX, temblores y demás inclemencias del tiempo, las aguas termales del Peñón de los Baños se han mantenido vigentes desde la época prehispánica.