Pan, café y chilaquiles, el desayuno perfecto de los mexicanos está disponible después del mediodía en Coyoacán.
Coyoacán tiene un encanto especial y sus restaurantes no son la excepción. Este ambiente íntimo y hogareño es parte del ADN de Croasán, un lugar ubicado a una cuadra del Museo de Frida Kahlo. Rodeado de jacarandas y casitas coloniales, lo que fue una fábrica de azulejos y tejas dio paso a un sitio relax y sin pretensiones en donde encuentras pan recién horneado a toda hora, café 100% mexicano y, lo mejor de todo, nadie te verá raro por pedir hotcakes a las cuatro de la tarde.
Aunque Croasán tiene poco de haber iniciado operaciones, se puede decir que ya es un sobreviviente: a pocas semanas de arrancar, este lugar que se especializaba en pan y sándwiches tuvo que cerrar sus puertas pues la pandemia había llegado a la ciudad. “Estuvimos cerrados una semana, pero yo no soy de quedarme quieto, así que empezamos a entregar pan a domicilio, primero con un coche a tres casas y a los seis meses ya teníamos tres rutas” relata, Francisco Espejel, la mente panadera detrás de este lugar.
Apasionado del pan, el joven empresario tenía ya seis años buscando ofrecer pan y café a los comensales, pero no fue sino hasta que nació Croasán, que los ingredientes tomaron forma. Aunado a su ímpetu, conocimientos y creatividad, la mancuerna que hizo con su hermana y su cuñado, ambos con amplia experiencia en el medio restaurantero, fueron la fórmula con la cual este lugar pudo sortear las dificultades con maestría.
Pan y desayunos todo el día
Cuando llegó el momento de recibir de nuevo a los comensales, se replanteó el concepto llegando a lo que es hoy en día. Un lugar especializado en pan y desayunos cuyo secreto está en la atención al detalle. Esto gracias también a la experiencia de Francisco, quien estudió gastronomía y panadería, además de trabajar en varios restaurantes en México y el extranjero.
Los chilaquiles verdes, por ejemplo, además de la salsa verde, están hechos con chips de tortilla infusionados en matcha, lo cual les da un color verde brillante sin modificar su sabor. Pídelos con un huevo estrellado, pollo, cecina o brisket y acompáñalos con alguno de sus jugos recién hechos, es más, si te pones temático, aviéntate con todo y pide su jugo verde. Amarás. Si no quieres un desayuno tan abundante, puedes pedir un bowl de berries o algo de pan francés y hotcakes, si lo tuyo es más lo dulce que lo salado.
Ahora que si deseas poner a prueba su reputación panadera, las opciones no te defraudarán. Sus toasts no solo tienen el tamaño ideal, su consistencia y sabor son perfectos, así como sus sándwiches como el croque madame, cuyo brioche tiene un excelente balance de sabores. La estrella del lugar, el croasán, no es poca cosa: ya sea que lo pruebes rellenos de jamón, huevo y quesos, con alguna mermelada o solo, vas a querer llevar varios a casa.
En lo que al pan dulce se refiere, hay una extensa y consistente variedad, una mezcla entre panadería mexicana y francesa: lo mejor de ambos mundos. Junto con la especialidad de masa laminada como el croasán (o cuernito, como le quieras decir, aquí nadie te hará examen de pronunciación), tienen garra, donas, chocolatines, conchas, roles, madalenas, todo hecho el mismo día, con la garantía de que tu pan está prácticamente recién salido del horno y listo para acompañar una taza de su delicioso café, cuyos proveedores son Almanegra, a quienes ellos les surten el pan dulce, porque la unión hace la fuerza y más en pandemia.
La siguiente vez que andes por Coyoacán y tengas antojo de un desayuno tardío ya sea por culpa de la resaca o simplemente porque sí, date una vuelta a este lugar.
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Ignacio Allende 168, Del Carmen
Martes a domingo de 8:00 a 6:00 horas