El ritmo incansable de la ciudad nos obliga (sí, nos obliga y lo saben) a buscar un momento de paz, de silencio: sin el claxon de los autos o el taconeo de las personas al entrar a las oficinas. Huir del carrito de los camotes y el de los ricos y deliciosos tamales oaxaqueños. Y ni hablar de la marimba o la orquesta que te trae serenata no solicitada.
Todo esto hace que en la ciudad siempre estén pasando cosas… y es totalmente comprensible que un buen día digamos “Ya, por favor”. Te recomendamos darte unas vacaciones (¡las mereces!) de fin de semana en estos lugares que son especialistas en hacernos olvidar, por un rato, que existe algo llamado trabajo.
1. Atlixco, Puebla
Si lo tuyo es recorrer lugares pequeños con encanto una excelente opción es Atlixco, un pueblo mágico que siembra gran parte de las flores del país. La vista de este lugar es muy especial, pues está rodeado por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, que se alcanzan a percibir desde casi todos los ángulos. Visita la Parroquia de la Natividad y la Capilla de la Tercera Orden.
2. Tepoztlán, Morelos
Un verdadero clásico, a quien preguntes te dirá que este lugar es una muy buena opción para pasar el fin de semana y no mienten. Encontrarás desde ruinas, hoteles boutique y mercados de artesanías hasta el Museo de Arte Prehispánico Carlos Pellicer para observar objetos arqueológicos. Además, la comida callejera y de restaurantes locales es, por sí sola, una razón para seguir visitando este lugar.
3. Isla Tzibanzá, Querétaro
¿Quién dice que alejarse de la ciudad no puede ser un lujo? En esta “isla”, destino que además es ecoturístico, en Querétaro, puedes encontrar cabañas equipadas con todo lo necesario para sentir que estás acampando, pero sin dormir en el piso. Asa malvaviscos en una fogata, lee en una hamaca y pasea en bote por la presa de Zimapán. Tiempo para desconectarse de todo.
4. Real del Monte, Hidalgo
Este pequeño pueblo, rodeado de niebla y árboles, es uno de lo más pintorescos del país. Visita su plaza principal y toma el recorrido turístico para conocer sus minas. Por supuesto, prueba la especialidad local: los pastes, una especie de empanada de hojaldre que puede ser dulce o salada. Si te sobra tiempo, pasa por los Prismas Basálticos de Santa María Regla, una verdadera belleza natural.
5. Acapulco, Guerrero
La razón para ir a Acapulco un fin de semana es sencilla: es Acapulco. No hay nada más renovador que sentarse un par de horas frente al mar, con un libro y una piña colada. Nuestra recomendación es que te vayas desde el viernes temprano, total, ¿qué son cuatro horas de carretera? Te puedes hospedar en uno de los hoteles que dan al mar como el mítico Boca Chica o el Costa Miramar.